sábado, 14 de junio de 2008

REFLEXIÓN SOBRE LA PRÁCTICA DOCENTE



La educación, considerada como el camino a la transformación que busca el mejoramiento de las condiciones de vida de los mexicanos, sólo puede ser posible mediante la acción consciente, deliberada y entusiasta de los maestros.

En lo particular, como docente me considero una persona que guía y colabora a la par con los niños para que éstos adquieran y se apropien de sus conocimientos, habilidades, valores y actitudes. Aunque parezca algo sencillo, es una ardua labor humanitaria; para realizarla tomo en cuenta los siguientes aspectos:

Ø Se trabajan con personas quienes como seres humanos, sienten y razonan.
Ø La empatía es necesaria y me obliga a pensar la reacción o consecuencia de cada una de mis acciones.
Ø Debo actuar con ética, amor y justicia.
Ø Existe la igualdad, el respeto y la tolerancia hacia mis alumnos.
Ø Mis funciones deben estar enfocadas a buscar la eficiencia al servicio de la persona y su propia superación.
Ø Debo mantener una estrecha y cordial relación con la familia de mis niños, para colaborar con ella en el desarrollo íntegro de sus hijos.
Ø El esfuerzo que emprendo en mis actividades se ve reflejado en los resultados académicos y actitudes de mis alumnos.

De esta manera, al realizar mi trabajo, hago un análisis sobre si la posibilidad de lograr o no mis propósitos académicos; estudio los posibles orígenes y soluciones de alguna problemática presentada, y es ahí cuando se replantean acciones para ponerlas en práctica hasta que se tenga el resultado esperado, y créanme que es una gran satisfacción cuando se ve que el niño se ha capturado ese saber y lo hace funcional en su contexto.

Tengo actualmente dos años de servicio, y claro que se han presentado situaciones difíciles en los que he sentido impotencia y a la vez grandes deseos de seguir superándome personal y profesionalmente. Una de esas ocasiones fue mi primer año de trabajo cuando me enfrenté a un contexto escolar unitario, en donde mis funciones no se limitaban a la simple docencia, sino que éstos eran múltiples: directora, docente, bibliotecaria, enfermera, psicóloga, trabajadora social, etc., por lo cual llegué a dudar sobre la eficiencia de mis diligencias; pero con mi preparación normalista y la asesoría de los maestros técnicos pedagógicos de la zona escolar, superé mis miedos y enfrenté mis propios retos con buenos resultados.

Desde pequeña estuve inmersa en un contexto escolar, pues gran parte de mi familia son maestros; principalmente el ver a mi padre laborar con su grupo me motivó y despertó el interés de ser yo algún día esa persona encargada de impartir clases. Ahora que lo soy, además de percibir un incentivo económico, otra motivación es el hecho de que los alumnos, padres de familia y comunidad tienen altas expectativas de mi trabajo docente y mis conductas, por lo cual el compromiso y responsabilidad es aún mayor; no hay que olvidar que sus alumnos lo consideren con referente ético con autoridad en lo que enseña, por lo cual:

Ø El profesor debe conocer y profundizarse en los contenidos que imparte.
Ø Debe estar abierto a la innovación didáctica y comprender la importancia de la metodología para la realización de la labor docente.
Ø Pensar las propuestas a partir de las observaciones del grupo de niños en función de los intereses, motivaciones e inquietudes.
Ø Prepara un ambiente sugerente para despertar el interés de los niños y a la vez tomar en cuenta los aspectos de seguridad y comunicación.

Es importante conocer que las fuerzas sociales tienen gran influencia en la educación, lo cual atraviesa nuestras prácticas cotidianas, pues se trabaja desde la complejidad de la realidad; es por ello que considero que un buen aprendizaje debe estar sustentado en base a un ambiente sano, tranquilo y desconfianza. Si un alumno se percibe con problemas emocionales o sociales que afectan su aprovechamiento escolar, se indagan los posibles orígenes y en colaboración con sus padres se diseñan y aplican estrategias de intervención; aunque muchas veces, no se tiene el apoyo de los padres y la ayuda que uno puede ofrecer tiene poco impacto en el escolar.

Cuando un docente se inicia en su profesión, un impulso vital arrasa con todas las dificultades que salen al paso y lo llevan a la perseverancia en el obrar bien, que éticamente debe mantenerla durante toda su carrera educadora. La docencia va más allá de la simple transmisión de conocimientos, ésta se ubica en un contexto social, institucional, grupal e individual, de ahí que uno no puede descuidar las relaciones y determinaciones de estos niveles, pues no todos los obstáculos a los que se enfrenta en el salón se originan ahí solamente, sino que son reflejo de un problema social o familiar más amplio que repercute en el aula al momento de la interacción.

Mi obligación no consiste solamente en que mis alumnos sepan leer, escribir y realizar las operaciones matemáticas básicas, sino también en formar al niño para que sea un digno miembro de la sociedad en que vive, para que sepa actuar como integrante de la comunidad; hay que educar con los valores humanos, claro, sin cerrarse a los avances tecnológicos. Toda acción, dentro y fuera de la escuela forma parte de mi trabajo como maestra; pues soy responsable de mis palabras, el tono en el cual las pronuncio, de mis silencios, gestos, experiencias, acciones, ejemplo con mi conducta de mi vida pública; los alumnos ven muy alto al maestro, lo admiran, lo idealizan y debemos ser conscientes de todo eso.

Con la finalidad de mejorar mi desempeño docente, continúo preparándome académicamente estudiando esta maestría, al igual que actualizándome asistiendo a los cursos de TGA (Talleres generales de actualización), cursos de Trayecto Formativo Escolar, cursos de Carrera Magisterial, se realiza el Examen Nacional para la Actualización de Maestros en Servicio y se acudió al proceso de Certificación de Habilidades computacionales..

Considero que las herramientas de infraestructura y materiales en las aulas son completas al igual que la oferta para la actualización y capacitación para los docentes; ahora el avance y mejoramiento en la calidad educativa se encuentra en nuestras manos, si no lo logramos seremos incapaces ante la sociedad además de tener una moral culpable. Se que llevo aún muy poco tiempo en este trabajo, pero en un futuro me visualizo como una docente respetada por colegas y alumnos; como una persona que con una actitud positiva día con día realiza una clase innovadora, motivante e interesante; alguien cuyas acciones con niños y adolescentes estén reflejadas en su quehacer, en sus diversos contextos e impacten en el buen desarrollo de la sociedad. Pero para lograrlo tengo que esforzarme en el presente, seguir estudiando, actualizarme, actuar con ética y valores humanos, con cariño y amor a mi profesión, a los niños con quien todos los días convivo y a este trabajo que me brinda sustento y realización profesional.

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